Desafortunadamente un efecto cuando se cierran las aplicaciones es el culpable de este hueco de seguridad. El sistema hace una captura de la pantalla con lo que sucede en ese momento. Si un intruso accede a esas imágenes tendría en sus manos información para espiarte.
Según Zdziarski, el hacker que descubrió el fallo, éste sólo podría ser explotado cuando se tenga acceso físico al iPhone.